viernes, 3 de julio de 2009

Comunicación y método en el Temor y Temblor de Johannes de Silentio (I)

La comunicación indirecta representada por este pseudónimo, lo indirecto, se encuentra justo en lo que oculta, en lo que quiere decir. Pero lo difícil es hablar donde se tiene que callar, es comunicar directamente lo que no se puede. De ahí el “de Silentio” del apellido del pseudónimo. Hay quien es grande por lo que hace, otros por lo que dicen, pero más grande es aquél por lo que calla.
Si quisiéramos resumir el contenido de la mencionada obra pseudónima, bastaría la siguiente frase: ¿qué es la fe? Para ello, Johannes trata las siguientes cuestiones: a) La colisión dialéctica y el doble movimiento de la fe: resignación y absurdo; b) La fe como fin supremo y deber absoluto para con Dios: la singularidad de Abraham, padre de la fe; y c) La fe como la paradoja de la relación absoluta con lo absoluto: el silencio de Abraham.
Sin embargo, la fe no es asunto de especulación teórica ni mucho menos. La fe es vivencia íntima incomunicable y pasión. Toda la obra habla no solo de qué es la fe, sino también de que no se puede ir más allá de ella (en contra de la filosofía hegeliana). Superar la fe es imposible, porque no hay nada más por encima de ella. Los límites de la fe son los límites de la pasión humana, pero no de la razón humana. Y ¿cuáles son? La paradoja y el absurdo.
la paradoja no es un mero concepto que establece el entendimiento para comprender la existencia, sino una manera de ser que se manifiesta en la vida de aquel que como espíritu se relaciona con la verdad. El choque, la colisión es inevitable en términos subjetivos y racionales. Por eso, Johannes de Silentio no se cansa de afirmar que no puede entender a Abraham; solo puede admirarlo con la boca abierta y estupefacto. Comprender a Abraham significa creer en virtud del absurdo. Comprender a Abraham significa comprender su angustia y su desazón ante el mandato divino.
En definitiva, la fe es un movimiento dialéctico, un doble movimiento que no puede realizar por completo Johannes: a) el de la resignación infinita; b) el del absurdo. Frente al caballero de la resignación infinita se encuentra el caballero de la fe que sí es capaz de arrojarse al absurdo contra lo racional, como Don Quijote contra los molinos de viento. Gracias a la fe no hay nada imposible. Por la resignación infinita se renuncia a todas las cosas temporales, pero por la fe se vuelven a recobrar.

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