sábado, 5 de julio de 2008

Min elskede

¿Cómo puedo explicarte lo que siento? ¿Cómo me siento? Cuando era un adolescente, aplicado y formal, no deseaba otra cosa que poseer el amor de una chica; no había nada más importante. Quería ser como cualquier otro chico de mi edad; quería poder salir y divertirme, estar de aquí para allá, ser como los demás. Pero siempre mi mundo interior, mi vida idealizada, chocaba con la realidad pura y dura. Vivir así es como andar con una pierna por un camino, y la otra por el otro. Quería escaparme de mi mismo, huir de mi mismo; en una palabra, me alimentaba de mi propia desesperación. Lo hubiera dado todo por conquistarla, por ser dueño de su corazón. Ningún otro deseo era más poderoso. Pero el propio deseo no se consumía, porque se nutría de sí mismo.
Me sabía completamente heterogéneo, era consciente, demasiado consciente; y eso me consolaba porque me agarraba a mi ego excepcional. Sin embargo, me odiaba por ello; me veía como un fracasado despechado y desilusionado con todo. Si ella no me quería, yo tampoco a mí mismo. Entonces comprendí que el mundo no estaba hecho para mí; es más, el mundo mismo no existía: solo existía yo. Con todo, no dejaba de soñar; y esos sueños le daban algún sentido a mi existencia. ¡Qué absurdo era todo! Y, sin embargo, qué estéril voluntad, qué inutilidad, qué estupidez maravillosa.
El corazón humano es extraño y desconocido. Crees estar seguro de tus sentimientos, y luego no es así. A veces los sentimientos son como sombras chinescas mutándose unas en otras. Lo que en un momento parece un animal, en otro es un objeto. Basta cambiar la estructura de las manos. En el fondo se trata de una simple ilusión. Pero el yo o la persona no puede transformarse sin perderse a sí mismo; mejor dicho, en la medida que se pierda podrá encontrarse. Si siento es porque soy; no soy porque siento. No obstante, yo no podía ver más allá de esas sombras; y a la vez las necesitaba imperiosamente porque eran “mi” realidad. Mientras duran crees que no existe nada más, pero basta la luz del pleno día para que se desvanezcan. La caverna de Platón es la expresión misma del corazón humano: nadie quiere salir pero todos anhelan conocer la verdad. Lo malo es cuando no puedes olvidar esa auténtica realidad, de modo que al final terminas por creer como verdad aquello que simplemente recuerdas pero no vives. ¿Qué pasaría si todo, incluyendo mi mismo yo, no fuera más que una ilusión? ¿En virtud de qué yo estaría hablando? ¿Del que soy en realidad o del que creo que soy? ¿O acaso del que quiero ser?
Constantemente me debato entre este mundo y el otro, entre mis sentimientos y mi razón, entre un yo y otro yo. Como los endemoniados, soy una legión que solo la fe puede salvar; lo cual significa precipitarme en el abismo más profundo.
Sueño con la vida que no tengo contigo y vivo desesperadamente sin ti. Sé que te marchas con él al Nuevo Mundo y ya no podré verte más. Te pido perdón por el daño que te he causado, pero ha sido por amor. El mismo amor con que te escribo estas sangrantes líneas y con el que me he convertido en un penitente incomprendido.
Jeg elsker dig for evigt.